La manzana dibujada por las calles de Alcalá, Sevilla y Carrera de San Jerónimo ha sido un espacio de convivencia, dinámico y bullicioso a lo largo de los años
Una zona privilegiada cuya crónica narra una de las páginas más memorables de la construcción de Madrid como capital moderna. Adentrarse en la evolución de este espacio urbano es conocer el relato de la ciudad y sus habitantes.
El paso del tiempo, los distintos usos que han tenido los diversos edificios y los cambios funcionales que dichos usos requirieron fueron modificando el interior de este conjunto arquitectónico, transformando los rasgos más representativos del pasado.
Recuperar el legado arquitectónico ha sido el principal objetivo de Centro Canalejas Madrid
Para ello se ha realizado una importante labor documental, con el fin de preservar y restaurar los elementos ornamentales y espacios más singulares y representativos, para que sigan formando parte del paisaje y del patrimonio visual de los madrileños.
Alcalá 14
Un regalo para la vista
Conocido como Palacio de La Equitativa,
En 1920 Banco Español de Crédito abonó nueve millones de pesetas
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Traslado de la escultura La Equitativa
Canalejas 1
El legado de un banco histórico
Presidiendo la plaza de Canalejas,
Tras la Guerra Civil algunos de los inmuebles colindantes quedaron muy afectados,
En 1999 recibió la catalogación de Bien de Interés Cultural
por parte de la Comunidad de Madrid y tras una serie de fusiones entre diferentes entidades financieras durante los años noventa, el edificio se unió interiormente con el Palacio de la Equitativa, al formar parte de la misma propiedad. En cambio, dejó de tener utilidad en 2004, cuando el banco propietario trasladó sus oficinas a las afueras de la ciudad. Aquí estuvo la última sucursal del Banco Santander hasta 2014, una oficina cara al público.
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Alcalá 12
Una de las mejores casas de Madrid
Fue acabado y ocupado poco antes de 1898
Alcalá 10
Sus paredes albergan un tesoro
En agosto de 1936 empezaron las obras
del que iba a ser uno de los primeros rascacielos de la ciudad. Sin embargo, a los pocos días se vieron interrumpidas por causa de la Guerra Civil.
El arquitecto Roberto García Ochoa, habitual colaborador del Banco Zaragozano, inauguró en enero de 1942 la nueva sede de esta entidad aragonesa que no logró alcanzar la altura proyectada. Su imponente fachada ofrecía una imagen de modernidad arquitectónica gracias al extraordinario friso en relieve de Marès, a la asombrosa rejería art déco y a los mármoles del vestíbulo de entrada.
Alcalá 8
Eclecticismo arquitectónico
En 1904 se solicitó en el Ayuntamiento de Madrid
la licencia municipal para levantar un edificio que estaría reservado al banco Crédit Lyonnais, en los pisos bajo y entresuelo, y a viviendas en las plantas restantes.
La agencia se trasladó en 1907 a su recién construida sede, proyectada por José Urioste y Velada, que también presenta fachada a la Carrera de San Jerónimo. El arquitecto mostró en su obra un gran eclecticismo que aunaba diversos recursos compositivos y decorativos, y en donde cada una de las plantas recibió un trato arquitectónico diferente.
En 1947 el Banco Hispano Americano adquirió todo el inmueble,
eliminando las viviendas de particulares para convertirlas en oficinas comunicadas con el edificio de la Plaza de Canalejas. A partir de la fecha acontecieron reformas interiores, la supresión de una puerta para luego volver a abrir otra en el mismo lugar, la eliminación de los dos torreones de fachada y la elevación de tres plantas.
Alcalá 6
El último integrante del proyecto
Dada su creciente importancia, el Banco Hispano Americano adquirió
también un antiguo edificio de viviendas del siglo XIX, situado en número 6 de la calle Alcalá siendo el inmueble más sencillo de toda la manzana.
En 1975 se erigió en su lugar una construcción proyectada por los arquitectos del banco Luciano Díaz Canedo y José María Chapa Galíndez para ampliar las oficinas de la entidad bancaria y dejar la fachada mimética, sin acceso a calle.